Los tornillos son una herramienta esencial para muchos aficionados al bricolaje. , industrias de la construcción y otros profesionales. Ayudan a mantener unidos los proyectos de metal y ofrecen una conexión mucho más estable que los clavos, que a menudo se sueltan o se rompen. Sin embargo, es importante elegir los tornillos adecuados para cada proyecto. El uso del tipo incorrecto puede causar problemas de durabilidad y resistencia. Para evitarlo, lo mejor es conocer los distintos tipos de tornillos metálicos que hay disponibles y en qué se diferencian entre sí.
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de elegir tornillos para metal es de qué material estarán hechos. Esto dependerá en gran medida de dónde y cómo se utilizarán. Por ejemplo, si los tornillos van a estar expuestos a grandes fuerzas, es una buena idea elegir opciones de acero de alta resistencia. Serán más duraderos que sus homólogos de baja resistencia y, gracias a ello, tendrán una vida útil más prolongada.
Otros materiales que se utilizan habitualmente son el aluminio y el acero inoxidable. Este último tiene la ventaja de ser resistente a la corrosión y es una opción común para aplicaciones marinas. También es fácil de alear con otros metales, lo que la convierte en una opción versátil.
Otra opción popular para tornillos metálicos es titanio. Este es un producto muy demandado y tiene varias propiedades únicas que lo hacen ideal para una variedad de propósitos. También es muy liviano, lo que lo convierte en una excelente opción cuando el peso es un factor. También es muy fuerte y capaz de soportar mucha fuerza, lo que lo convierte en una opción ideal para su uso en aviones.
Todos estos diferentes tipos de tornillos metálicos tienen algunas cosas en común. Todos ellos tienen hilos que están colocados de tal manera que puedan penetrar y unirse con el metal. También tienen una cabeza diseñada para evitar que se salgan del metal. Este diseño ayuda a proteger la integridad del tornillo, incluso cuando se utiliza para aplicaciones pesadas.
Las puntas de estos tornillos metálicos pueden ser afiladas o romas. Una punta afilada es útil para penetrar materiales más blandos y delgados. Por otro lado, una punta roma es ideal para materiales más gruesos y resistentes. Cuando utilice tornillos metálicos con punta roma, se debe perforar el tamaño correcto del orificio antes de la instalación. De lo contrario, el sujetador podría dañar el material y crear un punto débil en la superficie.
Por último, estos tornillos también tienen una longitud que normalmente se mide en milímetros. Esta información aparecerá en las especificaciones de cada tornillo, junto con una letra que indica el tipo de metal del que está hecho. Además de la letra, hay un código que indica el estilo de cabeza y el tamaño del tornillo, como un tornillo tipo M o un tornillo tipo T.